El martes que acaba de pasar fue la final del "show" de temporada de Nex "Mi Abuela tiene Salsa", y de esto hay mucho que celebrar.
Por un lado, Nex es una pantalla con pocos proyectos estelares de temporada, por eso, que se hayan atrevido a producir para su prime time un proyecto sobre cocina, que como muchos saben está muy de moda, ya era arriesgado porque la gente empieza a hacer comparaciones, sobre todo en la calidad de recursos asignados para su producción, con producciones locales e internacionales. En el caso de Panamá, con Top Chef de Telemetro.
Sí, es cierto, este show de Nex no tiene la calidad de producción que le exige la franquicia de Top Chef Internacional a Medcom, pero tampoco la necesitaba porque estamos ante dos formatos abismalmente diferentes. Compararlos es no saber de televisión, es egoísta. Es no tener la capacidad de diferenciar un producto de otro que con solo ver su casting se sabe que son diferentes. "Mi Abuela Tiene Salsa", con su producción sencilla, cumplió. Punto.
También fue arriesgado porque era un show sin tetas ni nalgas, sin bailes ni cantos. Sin chusmería.
También hay que celebrar que Nex no defraudó con esa propuesta a los que le creímos- cuando dijo que era un show de entretenimiento familiar. Aquí lo que más se vio fue amor a la familia por medio de la cocina, casi siempre casera, por parte de las participantes.
Y es que aquí, a diferencia de otros formatos de/sobre cocina, no había recetas que solo pueden y saben hacer los especialistas o chef con expertise culinario y gastronómico internacional. Aquí había desde especialidades hasta un arroz con fideos. Desde un guacho de mariscos hasta unos frijoles caseros, pero con el secreto-sazón que solo las madres o abuelas tienen.
"Mi Abuela Tiene Salsa" era un show con sabor a Panamá en todos los sentidos. En su casting no importó si la abuela era gorda, flaca, negra o blanca. Si tenía chapas o le faltaban dientes. Si eran de San Miguelito o de Paitilla. Su casting estaba basado en historias de abuelas reflejadas en la cocina, en sus conocimientos culinarios, casi siempre empíricos.
Ahí no había concursantes estudiadas en Francia o Perú. Eran madres y abuelas que deleitan a sus familias con su sazón, con sus salsas o carnes y el resultado fue un proyecto tierno, muy entrañable, pero también aleccionador tanto para la gente de Nex como pantalla, como para las audiencias de este proyecto, como para los que hacemos televisión.
Aquí quedó demostrado que con pocos recursos se pueden hacer proyectos que nos inviten a ver televisión en familia. Que con sentarnos a verlo vemos a nuestras madres, abuelas o tías reflejadas en él.
Los talentos delante y detrás de cámaras de Nex tienen que sentirse muy orgullosos de haber ofertado en su parrilla un show como "Mi Abuela Tiene Salsa", porque detrás de ese show de abuelas hay muchas lecturas en positivo.
Después de Esa Cabellera Blanca no había en televisión local ningún show, en el que las protagonistas sean personas mayores con historias humanas de amor a su familia. Eso ya es ganancia porque lamentablemente vivimos en un país donde las personas mayores son desechadas, son vistas como improductivas.
El trabajo de los chefs jurados y los presentadores fue correcto. El de los presentadores Alexis Sittón y Jovana Michel Quintero fue respetuoso pero divertido, cariñoso, pero sin buscar protagonismos no correspondidos. El de los chefs jurados fue profesional en su calificación, pero con trato digno.
Aquí quedó demostrado que "las abuelas" pueden ser competitivas. Que se puede producir un show que deje un buen sabor porque se celebra la vida y que cada una de las participantes tiene la sazón y la salsa que requería este proyecto. ¡Felicidades, Nex!
El trabajo de los chefs jurados y los presentadores fue correcto. El de los presentadores Alexis Sittón y Jovana Michel Quintero fue respetuoso pero divertido, cariñoso, pero sin buscar protagonismos no correspondidos.